Muchas veces pensamos que uno tiene que elegir entre el crecimiento laboral y el crecimiento personal. Y casi siempre elegimos dedicarnos a lo primero descuidando el elemento más importante: nosotros mismos. Pensamos que si más trabajamos más crecemos y, por tanto, estamos generando “bienestar” personal y familiar, entrando en un remolino que no tiene cuando terminar.
Esta supuesta rivalidad viene creciendo los últimos 100 años y con mayor velocidad en los últimos 10 (revisemos el índice de suicidios por stress laboral en Japón). Y esta se debe a nuestro afán de “crecimiento”.
Mi experiencia me dice que este desarrollo debe tener una característica fundamental:el equilibrio.
Y justamente es lo que debemos hallar, el equilibrio suficiente para entender que no podemos alcanzar el éxito profesional si no alcanzamos primero el éxito personal. Quienes cultivan sus cualidades personales, valores, pensamiento, filosofía, tienen una base sólida en la cual puedan cimentar su crecimiento profesional, sin más límite que el que nosotros mismos nos pongamos.
Albert Einstein decía: En lugar de ser un hombre de éxito, busca ser un hombre valioso: lo demás llegará naturalmente
Entonces si queremos ser exitosos, debemos primero enfocarnos en ser mejores personas. Hagamos un autoanálisis y revisemos nuestras debilidades, en forma absolutamente honesta y tracemos desde allí el verdadero y auténtico desarrollo que debemos alcanzar, el desarrollo integral.
Y este es el objetivo fundamental que día a día perseguimos en nuestra organización, contribuir a la mejora personal y por ende obtener realmente exitosos profesionales.
Aquí un video que revela la importancia de ser mejores
Busquemos primero ser mejores personas, nuestra familia, nuestros colaboradores y el mundo en general nos lo agradecerán
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